¿Qué ver en Alicante?
Después de unos días de disfrutar sol y playa en la costa alicantina, toca volver a casa; ¿Por qué no aprovechar ese día de vuelta para conocer la ciudad de Alicante?.
Hay muchas cosas que hacer en Alicante. Un paseo agradable, un poco de compras de souvenirs o algo de moda local, y un buen arroz de despedida.
La perla del Mediterráneo nos ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar de una jornada inolvidable. Y es que tenemos opciones muy variadas y apetecibles para satisfacer a cualquier tipo de público.
Lo primero que hay que tener en cuenta, si queremos aprovechar nuestro tiempo al máximo, es asegurarnos desde el principio el traslado al aeropuerto de Alicante.
Es mejor no tentar a la suerte y confiar desde el principio en un servicio serio, que nos garantice el desplazamiento hacia el aeropuerto desde cualquier punto de la ciudad. Una empresa que esté a nuestra disposición a la hora exacta que la necesitemos para aprovechar al máximo la jornada.
El aeropuerto de Alicante ha ganado mucho volumen de pasajeros en los últimos años gracias a las compañías de bajo coste y es mejor tener esta circunstancia bien cubierta.
¿Qué ver en Alicante en un día?
Si tienes un día para visitar esta ciudad y quieres saber cuáles son sus puntos fuertes sigue leyendo. Lo más destacable de esta ciudad, como no podía ser de otra manera, está en su fachada marítima.
Tiene un elegante puerto deportivo, que ha sido en varias ocasiones el punto de partida de la prestigiosa competición Volvo Ocean Race. Cuenta con dos zonas comerciales en los muelles de levante y poniente, donde podremos encontrar todo tipo de locales destinados al ocio y restauración.
El paseo del puerto, siempre concurrido, nos ofrece unas magníficas vistas marítimas, con lujosos yates de fondo.
Justo al lado, tenemos la emblemática Playa del Postiguet, la más céntrica y querida por los alicantinos. Desde allí observamos la vista del perfil urbano por excelencia, la silueta del imponente Castillo de Santa Bárbara, levantándose frente al mar.
Podemos acceder a él desde un ascensor situado en su base. Es de visita obligatoria, pues desde arriba se tiene una panorámica difícil de olvidar.
En las inmediaciones, también se encuentra el Paseo de la Explanada, que con sus palmeras y su increíble mosaico de teselas dibujando olas en el suelo supone otra de las estampas más míticas de la capital.
Desde este paseo y después de contemplar la bella Casa Carbonell, podemos adentrarnos a la zona más céntrica y transitada.
A menos de 10 minutos tenemos la Avenida de Maissonave, la milla de oro del comercio alicantino.
Muy cerca se encuentran igualmente otros hitos urbanos, como la Plaza de los Luceros, corazón de la capital, además de otras avenidas, como Alfonso X el Sabio y la Rambla de Méndez Núñez, que completan el circuito comercial del ensanche.
Si se tiene tiempo, es muy recomendable una visita al MARQ, uno de los museos arqueológicos más importantes de España, con infinidad de piezas grecorromanas. Visitar este museo teniendo en cuenta dónde nos encontramos y la historia que tiene el entorno puede ser una experiencia inolvidable.
¿Dónde comer en Alicante?
Aunque suene a tópico, siempre se ha dicho que el arroz en Valencia crece, pero en Alicante se cuece. Sería un delito irse sin degustar alguna de las paellas de pescado y marisco más deliciosas del país.
De todos modos, si eres de aquellos a los que no le gusta la paella, también podremos encontrar, como no podía ser de otra manera, asadores, italianos, zonas de tapeo y toda la variedad gastronómica que necesitemos.
Las zonas de restaurantes más destacables, las encontraremos en el puerto, en Playa de San Juan y sobre todo, en la zona del Casco Antiguo. Aquí podremos disfrutar los fines de semana de un espectacular y animado ambiente callejero, motivado por el famoso «tardeo», del cual Alicante fue pionero.